martes, 8 de noviembre de 2011

Noche fresca.


Un vecino insomnio escucha
Sentado, de piernas cruzadas,
Sobre el techo, bajo, de su casa
Los temblores nocturnos de su vecina.

Casi a tres cuadras de lejanía
Un camión de “Crece” gira y gira
Y el ronco escape de un Rocha
Acelera a un bólido que, ni cerca tiene,
Chapa de campeón; ¡sino de fanfarrón!

Una mina maltrata a un sujeto;
Se abusa de él.
Nadie sabe de esta situación.
El pibe se la traga, a la bronca,
Y ofrece una tregua:
-¡yo soy el amor de tu vida; trátame bien, cajetuda !

Los perros ladran; seguro,
Un errático está gastando sus suelas
En las calles de barrio Suarez.

Restan pocos minutos
Para que este delincuente estallido
Cese de agraviar al aceptado
E hipócrita plástico bienestar.
Seguro terminaré, irónico, pidiendo disculpas.

Cerca, bajo el techo de un vecino cualquiera,
En un hogar felizmente constituido
Un cáncer reclama, urgente, por una biopsia;
Y junto a los desechos de la calle
Un perro (mi perro) se alimenta
De los desechos incategóricos
De los pobres de clase media.

Los gruñidos de las Gárgolas
Se apagan
Cuando los despertadores se activan.
Los caravaneros regresan cuando
Los Valientes sacuden sus capas.
Parece injusto; mas solo es una más.
¡No os confundáis! Es una noche fresca.

Las mentes arden
Por diversos fuegos.
Mañana sufriré estas letras,
Cuando el ácido de mi estómago consuma, despiadado,
La luz de mi mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario